Cuando abres el kit te llevas una agradable sorpresa: para el nivel de fundición de EVD el trabajo es decente. Se nota que los moldes son nuevos. El encaje de las piezas ya es otro cantar. Esta marca parece no haber descubierto los pernos de posicionamiento, tras 20 años en el mundillo, así que fijar la postura de los brazos con el hacha es toda una epopeya. Cuando lo consigues, la imprimas y prácticamente se pinta sola.
Nunca será una pieza muy impresionante, porque un tipo con un uniforme gris y un mandil blanco no llama mucho la atención, pero si la completas con el árbol que parece estar cortando, puede quedar hasta resultona.
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