sábado, 19 de diciembre de 2009

Gengis kan


El Gengihz kahan a caballo en 90mm de Pegaso Models. ¡Una pieza mítica!
Esculpida genialmente por Victor Konnov, representa al emperador en campaña, oteando desde un promontorio formado por calaveras y ruinas de alguna población arrasada. Esta imagen sugiere alguna acción de castigo, habitual en sus prácticas de guerra psicológica, y muchas reflexiones más que no analizaré en este blog que se centra sólo en el aspecto artístico de las miniaturas.

Como se puede ver, la caja está soberbiamente presentada y es bastante grande, unos 30 x 20cms.

La fundición de las piezas es excelente, con poca rebaba, un metal muy limpio, detalles finos y práticamente ningún fallo. Además cuenta con una hoja a modo de esquema de montaje.

Empiezo por el caballo y lo monto casi completo, pues creo que no habrá dificultades para pintarlo así.

Debo enmasillar una zona donde la pata del caballo no encaja del todo y queda un poco levantada, pero aprovecho para grabar unas pisadas en lo que luego será nieve y para tapar algunas ranuras de la base.


Monto a Gengis sobre la clase de bastidor que suelo utilizar para poder sujetar y trabajar entre las piernas de las figuras a caballo.

Este es el aspecto de las dos piezas principales una vez imprimadas.
Hay que prestar atención especial a la posición del casco, si como yo lo pintas pegado sobre el caballo, ya que las manos de Gengis reposarán sobre él cuando esté montado, y es sólo esta referencia lo que le da su posición exacta sobre el cuello del animal.

Iniciando el proceso de pintura del caballo.


El caballito en un estado más avanzado. Se puede apreciar en el terreno la pintura blanca que servirá de base para la nieve.


El caballo terminado con su gualdrapa decorada con nubes de inspiración china.
La nieve está realizada con cola blanca mezclada pon polvo de vidrio, lavados con varios tonos y barnices brillantes para las zonas húmedas.


Gengis Kan al principio del proceso de pintura. Cuando llevan armadura suelo empezar por esta, para no manchar con pinturas metálicas las telas. A menudo uno localiza demasiado tarde el brillo del pigmento metálico sobre una tela decorada y difícil de limpiar...


El caballero en un estado muy avanzado. Decoré ricamente su armadura con dragones, como correspondería a un emperador que ya había conquistado dos grandes reinos de China.
El gesto de cínica determinación de su cara esta magnificamente esculpido, así que traté de mantener el nivel con la pintura.



La tela de la espalda presenta una superficie muy amplia que pide, evidentemente, algún motivo decorativo. Insistí con la figura del dragón, por referencias que obtuve de diversas fuentes. Un dragón chino volador que, después de cuatro horas de trabajo, quizá me quedó un poco "heavy" y cabezón, pero que consideré adecuado para el emperador. Lo pinté sin pigmentos metálicos, imitando un bordado de hilo de oro con tonos cálidos de acrílicos, y siguiendo la iluminación de las arrugas principales de la tela.


La foto está un poco desenfocada, no pude obtener una mejor que esta.


Uno se emociona cuando ha de pintar una pieza así, se emociona mucho más cuando la acaba, le entra la prisa, y la lleva a la tienda sin haberle sacado fotos. Afortunadamente llevé la cámara, así que le saqué unas fotos allí mismo. Como el escenario de la tienda resulta muy abigarrado, improvisamos un fondo con el rollo de papel de regalo y creo que la cosa no quedó del todo mal.


Hice un esfuerzo especial para diferenciar varias texturas como la tela, la piel del animal, la madera lacada o el cuero, este último en varias tonalidades y niveles de brillo.



Esta es una figura realmente excepcional que sólo recomiendo a pintores con experiencia, por la dificultad que entraña una pieza a caballo, la variedad de materiales y texturas a tratar, por su tamaño y, cómo no, por su coste. Sin embargo, cuando se dominan las técnicas de pintura, es una pieza que garantiza un gran disfrute durante su ejecución, precisamente por todas las posibilidades de decoración que ofrece. Y es innegable que presenta un aspecto imponente una vez terminada.