En esta entrada no mostraré una pieza pintada porque quiero centrarme en un trabajo de escultura magnífico.
Podríamos calificar a la fundición de Art Girona como irregular, sobre todo en el pasado, aunque hay que reconocer que su calidad va aumentando. En la copia que me llegó de esta pieza no hay distorsión alguna, el encaje es bueno y el metal bastante uniforme, con una superficie escasamente picada.
Supongo que habrán prestado un cuidado especial en esta figura, ya que la delicadeza y precisión de detalles que presenta sería completamente destruída con una fundición mediocre. Y es como para prestar cuidado, ya que el autor en nada menos que Adriano Laruccia.
Laruccia es tan bueno modelando que a menudo dudo si cubrir sus piezas con pintura. Quedan tan bien una vez montadas e imprimadas que es difícil mejorarlas pintándolas.
Adriano Laruccia es a mi entender el mejor escultor de miniaturas del mundo. Sobre todo en las piezas de la antigüedad y el mundo clásico. Ahí no tiene rival. Y es sorprendentemente discreto, al menos en lo que a Internet se refiere. Probad a poner su nombre en un buscador y sólo encontraréis referencias a su trabajos. Ningún artículo sobre él, ni web, ni entrevistas ni nada parecido.
Sus esculturas parten de una estructura anatómica perfecta, para luego ser vestidas con el más absoluto rigor histórico. La pose siempre tiene equilibrio y carácter. El modelado de los detalles es exquisito: las caídas de las telas, los pliegues, las texturas de los materiales, todo es tan perfecto y elegante que sus piezas tienen un realismo pocas veces alcanzado en el mundo de las miniaturas. Y los rostros, a pesar de su escaso tamaño, siempre transmiten emociones humanas.
El general Cartaginés Aníbal Barca, en 54mm, por Adriano laruccia.
domingo, 7 de febrero de 2010
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