domingo, 28 de febrero de 2010

Maya Warrior, Pegaso Models, 75mm

La figura representa a un guerrero Maya, inspirado, casi copiado, de un jefe de clan de la película Apocalypto y está modelada por Andrea Jula.

Una vez abierto, el kit presenta el aspecto que podéis ver en la foto superior. La fundición y el encaje de mi copia eran excelentes y, tratándose de Pegaso, supongo que estas condiciones se repetirán en el resto.


Cuando una figura va sostenerse sobre un único y largo miembro, es de agradecer que este incorpore varilla de acero en su interior. Si como en este caso, sobresale por un extremo, miel sobre hojuelas, ya que garantizará una unión sólida. Sería una maravilla que, en figuras de estas dimensiones, incorporasen varilla para el resto de las uniones, pero me temo que eso ya es pedir demasiado.
Yo taladré e inserté los consabidos pedacitos de clips en el resto de la uniones.

Una vez montada presentaba este soberbio aspecto.

Personalmente disfruto cuando una figura se puede montar completamente para el trabajo de pintura. Yo lo hago siempre que puedo, incluso aunque esto me dificulte luego la aplicación del color. Nada me resulta más desagradable que manipular y pegar piezas en una figura ya pintada... ¡y desgraciadamente debo hacerlo en la mayoría de los casos!

La imprimé con esmalte gris mate de Humbrol y la pinté, como es habitual en mí, con acrílicos Modelcolor.

La macana o hacha de guerra.


El astil de madera lo resolví aplicando humo de Tamiya sobre una base ya iluminada de ocre claro. Si se aplica con "arte", esta tinta dota a la base de un aspecto veteado muy realista. La lama es de piedra obsidiana, y la iluminé partiendo del negro antes de barnizarla en semibrillante, incidiendo en las zonas de filo.

A continuación imágenes de mi pieza ya terminada.




Utilicé como terreno la base que venía en la caja, exigencias de trabajo en mi caso, y, aunque no está mal del todo, para dignificarla o presentarla a concurso recomiendo ser más creativo en este aspecto.


Ya que las referencias gráficas de estos guerreros son escasas, consideré los dibujos de la piel como pinturas y no tatuajes y los realicé sobre una base de azul turbio muy oscuro, casi negro, subiendo luces desde ahí. Hay quién me ha dicho que quizás son muy oscuros, que contrastan demasiado con la piel, y no le quito razón.

Supongo que, a estas alturas, nadie necesitará mi confirmación pero, por si hubiese alguna duda, diré que la figura me parece excelente, por la corrección anatómica, la dinámica y conseguida pose y las posibilidades de decoración que ofrece. Y como el rigor histórico es casi imposible en esta pieza, recomiendo considerarla como una figura de fantasía y divertirse con ella a la hora de pintarla.
¡Yo lo hice!

domingo, 7 de febrero de 2010

Laruccia!!!!

En esta entrada no mostraré una pieza pintada porque quiero centrarme en un trabajo de escultura magnífico.


Podríamos calificar a la fundición de Art Girona como irregular, sobre todo en el pasado, aunque hay que reconocer que su calidad va aumentando. En la copia que me llegó de esta pieza no hay distorsión alguna, el encaje es bueno y el metal bastante uniforme, con una superficie escasamente picada.


Supongo que habrán prestado un cuidado especial en esta figura, ya que la delicadeza y precisión de detalles que presenta sería completamente destruída con una fundición mediocre. Y es como para prestar cuidado, ya que el autor en nada menos que Adriano Laruccia.

Laruccia es tan bueno modelando que a menudo dudo si cubrir sus piezas con pintura. Quedan tan bien una vez montadas e imprimadas que es difícil mejorarlas pintándolas.
Adriano Laruccia es a mi entender el mejor escultor de miniaturas del mundo. Sobre todo en las piezas de la antigüedad y el mundo clásico. Ahí no tiene rival. Y es sorprendentemente discreto, al menos en lo que a Internet se refiere. Probad a poner su nombre en un buscador y sólo encontraréis referencias a su trabajos. Ningún artículo sobre él, ni web, ni entrevistas ni nada parecido.

Sus esculturas parten de una estructura anatómica perfecta, para luego ser vestidas con el más absoluto rigor histórico. La pose siempre tiene equilibrio y carácter. El modelado de los detalles es exquisito: las caídas de las telas, los pliegues, las texturas de los materiales, todo es tan perfecto y elegante que sus piezas tienen un realismo pocas veces alcanzado en el mundo de las miniaturas. Y los rostros, a pesar de su escaso tamaño, siempre transmiten emociones humanas.

El general Cartaginés Aníbal Barca, en 54mm, por Adriano laruccia.