jueves, 28 de enero de 2010

Mi txoko y mi caja.

Euskera-Castellano
Txoko:
  1. Rincón.
  2. Lugar recogido donde se está a gusto.


No se necesita demasiado espacio para pintar miniaturas, es obvio, apenas una mesa bajo un buen foco de luz. Hay quien no dedica un sitio fijo a ello, pintores de fin de semana que montan su tallercito en cualquier mesa y recogen al terminar, pero si pintas con más frecuencia acabarás buscándote un lugar permanente donde dejar tus bártulos y piezas en proceso. Y progresivamente irás completándolo con cajones para los materiales, estanterías para documentación y trastos, y alguna vitrina para guardar tu colección, hasta crear un rincón adecuado para la tarea. Si te dedicas a ello profesionalmente esto último es una necesidad, claro.

Yo tengo una oficina para ejercer otra actividad y en ella he tenido la suerte de poder montarme mi txoko de pintura. Es esa mesa abigarrada que podéis observar en la foto.

Como particularidad diré que la ilumino con esas dos fluorescentes que se pueden ver, suspendidas a poca altura sobre la vertical de mi cabeza, además de la luz indirecta del local. El flexo que se ve sólo lo utilizo ocasionalmente para acelerar el secado de las figuras al calor de la bombilla. Cuento esto ya que el asunto de la iluminación es delicado y prácticamente cada pintor tiene su propio método.



En esta otra foto podéis ver el maletín donde transporto las figuras.

Y en esta otra la caja que llevo dentro, con figuras tal y como suelo transportarlas.


La pinté hace ya algunos años para proteger la madera, y lo hice de anaranjado intenso, simplemente porque me sobraba un bote de aerosol de ese color. Al principio me disgustaba, pero ahora me parece un tono muy adecuado, porque contrasta con el negro del maletín y ejerce de llamada de atención una vez abierto, aspecto importante cuando se transporta material delicado.
En la siguiente foto se aprecia mejor el interior, con figuras listas para ser transportadas. Están pegadas con Blu-Tack, una masilla reutilizable que muchos conoceréis. Es uno de los mejores métodos para sujetar piezas que no pesen demasiado, ya que se adhiere y despega fácilmente, y absorbe los impactos y vibraciones.


Si alguna vez veis a un tipo entrando en una juguetería de Donostia con un maletín como este, o han llamado a un médico, o soy yo que voy a entregar figuras.

domingo, 10 de enero de 2010

Aquilífero romano.

Esta figura representa a un aquilífero romano, el soldado encargado de llevar la enseña del águila en su legión. La produce Pegaso Models, aún está en catálogo, y fue modelada por Yury Serebriakov.
Se trata de una pieza de 75mm, una escala mediana que pocas marcas fabrican, pero que resulta muy satisfactoria de pintar, por las amplias superficies de trabajo y los excelentes detalles que poseen, y por el tamaño del rostro, que permite dotarlo de una gran expresividad.

La fundición de las piezas era excelente, metal de primera calidad, y el montaje no presentaba más dificultades que la de cortar algunos bebederos y taladrar para colocar pernos en las uniones frágiles. Yo opté por hacerlo en la de la mano que porta el estandarte con su respectivo brazo, en uno de los pies en su unión con el terreno y en el otro brazo, en su unión con la manga de la túnica. También hay que enderezar cuidadosamente el astil del águila, pues se trata de una pieza completamente realizada en plomo, y es inevitable que se nos presente doblada.

Una vez montada e imprimada, la pieza presentaba este aspecto.


Y tras cuatro días de trabajo, una vez terminada, presentaba este otro.


A su espalda porta un escudo decorado con una corona de laurel, como puede verse en esta foto. Opté por no ensuciar este, ni empolvar demasiado la figura, dado el caráter de oficial de alto grado del personaje.


Si tuviera que buscarle algún defecto a la figura, diría que se me hace demasiado espigado para romano y un poco estrecho de tórax, sobre todo si tenemos en cuenta que lleva túnica, seguramente camisola de cuero y una cota de malla sobre ambas. También hubiera preferido que el astil del águila fuera de tubo de latón, ya común en muchas marcas, en vez de endeble metal blanco.

Concluiré diciendo que me parece una buena figura, aunque quizás no esté a la altura de algunas otras de Pegaso, dado el excelente nivel de los escultores que trabajan para esta marca.