domingo, 25 de enero de 2009

Mi trabajo paso a paso. (Ahora comprenderán algunos)

En esta entrada voy a mostrar el trabajo que habitualmente realizo cuando pinto un kit por encargo. Podría servir como tutorial, pues es el procedimiento estándar para el montaje y pintura de cualquier figura de metal blanco. Por cierto, el metal blanco es una aleación de estaño, plomo y antimonio, de la que están compuestas las figuras actuales; antes se llamaban soldaditos de plomo, por tener mucho más de ese componente.
La figura representa a un Oficial del 17º Rto. de Lanceros ingleses de 1890, y se trata de un Kit en metal blanco de la marca inglesa Bonapartes, en 100mm, una escala grande.

La caja presenta en su exterior este aspecto, nada atractivo. Con la foto de la figura imprimada en blanco en la portada y nada más. Tuve que buscar información en internet para añadirle esa ilustración en color.



Al abrirla nos encontramos con un kit fundido en un excelente metal, acabados finos y escasas rebabas, y una fotocopia en blanco y negro con dibujos y texto en inglés como única documentación.



Se comprueba que está todo y que ninguna pieza está deteriorada.



Ahora procedo a eliminar la línea de molde de cada pieza, empleando una cuchilla que hago pasar sobre ella nivelando la superficie. Utilizo el filo y la punta para quitar las rebabas de los pliegues y los sobrantes.



Después, con un cepillo de cerdas de latón, froto las piezas una a una, eliminando el polvo de desmoldeado y puliendo posibles rugosidades. Incido especialmente en las zonas de montaje de las piezas, para conseguir una superficie rugosa que facilitará la adherencia de la cola.



Monto la figura pegando las piezas que pueda pintar fácilmente en conjunto. En este caso dejo aparte el "sabretache" y las correas pues me dificultarían la pintura del pantalón, sobre todo por su largo y fino galón. La pego con cianocrilato, cola quebradiza que posibilita su despegado posterior, sobre un taco de trabajo.



Imprimo la pieza con esmalte mate de Humbrol que facilitará el agarre de las siguientes capas de pintura acrílica y revelará posibles imperfecciones en su superficie. Doy una capa fina, evitando la acumulación de pintura en los huecos. Si tras su secado se observasen imperfecciones evidentes, se corregirían y se volvería a imprimar la zona.


Cuando la imprimación ha secado bien comienzo la pintura con acrílicos Model Color. En la foto puede verse la fuente de porcelana que uso como paleta, con colores ya dispuestos, un par de pinceles (marta sintética) que usaré en el proceso, y el prospecto guía de la caja.
Normalmente doy dos capas del tono medio por cada zona de distinto color. Si esto no garantizase el cubrimiento e intensidad del tono, daría otras hasta lograrlo. Siempre comienzo por las grandes superficies y trabajo en varias a la vez a medida que van secando.


Luego me centro en la mayor de ellas y aplico la técnica de subidas de luces, esto es, con pintura más clara pinto donde más incide la luz, atendiendo a una iluminación cenital, donde el foco de luz proviene de arriba. Doy las capas que sean necesarias, restringiendo cada vez más la zona de aplicación, ciñéndome cada vez más a la cúspide de las arrugas, hasta que los pliegues ganan volumen. Luego, con un color más oscuro que el tono medio, repaso las zonas de más oscuridad, en una suerte de proceso inverso, para acabar con un tono muy oscuro en los huecos profundos y las superficies a contraluz.
Hago esto con cada superficie de distinto color.


En esta foto ya puede verse la figura en un estado muy avanzado. Para diferenciar bien las distintas superficies y detalles, perfilo con un color muy oscuro las distintas zonas. Elementos como cordones, botones, correas etc, son así resaltados. Aplico barnices o pinturas satinadas en partes de cuero brillante como botas o correas, para diferenciar los diversos materiales.
Luego comienzo con la cara, dando dos capas finas de un tono de carne oscura.


Sigo aplicando luces en las zonas más prominentes aclarando el tono base con carne media. También doy tonos rosados a las mejillas y labios y comienzo a oscurecer cejas, pelo, patillas y bigotes si los hubiera.

Perfilo los ojos y coloco las pupilas intentando dar dirección a la mirada. Subo las luces máximas con carne clara, y añado brillos a los labios. Perfilo bigotes, cejas y añado luces puntuales con rayados, intentando dar sensación de pelos. Añado también las sombras máximas en los labios, entrecejo, orejas y huecos del cabello. Doy un repaso general a la cara para ver si la he dotado de expresión humana.

Añado los detalles metálicos de casco, hebillas y botones, (no mostrados aquí) con varias capas de acrílicos metalizados, hasta obtener el aspecto de metal requerido. Luego hago un repaso general de la figura, retocando luces, sombras o zonas poco definidas si fuera necesario.

Por último despego la figura del bloque de trabajo y la pego en su peana definitiva.

Bueno, ya veis que cuando decimos simplemente, -voy a pintar un soldadito- en realidad hay mucho más trabajo detrás. Luego se discute con el comprador coleccionista y, con suerte, se la lleva satisfecho ja ja ja.
Otro día trataré con más detalle algunos aspectos.
¡Aquí me tenéis para comentar lo que queráis!

sábado, 24 de enero de 2009

Mi primera plana


Esto que muestro a continuación es una figura plana, osea, un bajorrelieve en metal blanco. Tuvieron su época de apogeo hace casi un siglo en Alemania y Centroeuropa, como modo de hacer formaciones de soldados que ocupasen poco y saliesen económicos por el ahorro de material. Actualmente su producción es muy escasa y se ha centrado en la reproducción de ilustraciones y temas fantásticos, como soporte para el virtuosismo pictórico, perdiendo su carácter de soldadito de formación.
Precisamente la que muestro es un ejemplo de esto, pues se trata de la copia de una ilustración de un guerrero bárbaro. Lamento ignorar la marca o fabricante.


La imagen se puede agrandar pinchando sobre ella.

Para el proceso de pintura, después de limpiar las rebabas y eliminar bebederos, recorté la base que tenía, pues pensaba presentarla en un cuadro, la pegé provisionalmete a un tablero de trabajo, y la imprimé con esmalte Humbrol gris mate, reservando las partes de cota de malla y metal del hacha, pues pensaba pulirlos y tratarlos con tintas transparentes.
Una vez seca la imprimación procedí a pintarla con acrílicos Model Color de Vallejo, comenzando por las superficies más grandes, esta vez la piel del caballo, dando muchas capas diluídas para obtener un acabado fino. Para el proceso de sombreado, imaginé una iluminación casi cenital, con máyor incidencia desde el lado izquierdo, y comencé a oscurecer profundamente el lado contrario.

Al tratarse de una figura plana, hay que añadir mucho contraste e iluminar forzadamente. Recomiendo también utilizar colores cálidos para las luces y fríos para las sombras, y no olvidar las luces reflejadas (panza del caballo, patas, armadura) que contribuyen a la ilusión de tridimensionalidad.

Aquí muestro otra figura plana tal como se vende. Se observa perfectamente la base que le permite sostenerse en pié y sus rebabas y sobrantes.


En esta otra imagen se puede observar el escaso espesor de la pieza.


Y en esta otra, su parte posterior que carece de grabado, pues ya es muy escasa la utización de estas piezas fuera de un cuadro. No obstante las hay con grabado por las dos caras.

El trabajo de pintura de una "plana" es un experiencia distinta del soldadito tradicional, mucho más parecida a la pintura de un cuadro realista, que aporta variedad y un nuevo interés a esta afición. Y, cuando se coloca en un cuadro, se convierte en un elemento decorativo elegante.

¡Os recomiendo vivamente esta disciplina!

lunes, 12 de enero de 2009

Voluntario Carlista Aragonés 1834

Me han regalado una cámara, para aprender a usarla estoy practicando sacando fotos a mis viejas figuras, y he caído en la cuenta de que no había colgado ninguna imagen de esta.


Es un voluntario zaragozano, de la colección que para Los Carlistas de Jorge modeló Roberto de Rentería, y creo que se trata de una de sus mejores piezas.
Yo me encargué de hacer los moldes y fundir las primeras copias y, la que podéis ver, es una de ellas, en metal blanco, 54 mm, imprimada con esmalte Humbrol mate, y pintada con acrílicos Model Color.



La postura un poco rígida que se puede observar en esta pieza se debe, sin duda, al complicado montaje de sus numerosas partes, que no supe resolver con habilidad, pues la pose de la pieza original es de una naturalidad pasmosa.

Es una figura en la que ensaye una técnica de subidas de luces menos agresiva, más efectos de ensuciado y desgaste, y una matización mayor de los tonos pues, como puede verse, es escasa en colores, predominando el negro.
Siendo así, iluminé la chaqueta y el pantalón con tonos distintos, matices azulados en la chaqueta y pardos en el pantalón, y fui moderado en las luces, pues no quería perder la consistencia del negro.


Me preocupé especialmente en reflejar las texturas de los materiales, para diferenciar el satinado del cuero en una cartuchera, de la tela rozada, las medias empolvadas, la madera del arma o la camisa sobada.
El la cara, una recreación magistral y muy poco vista del rostro de un obeso, trabajé con la mayor delicadeza intentando resaltar todos los volúmenes y añadir diferenciación en las zonas húmedas como los ojos o la lengua.


La figura obtuvo premios menores en algunos concursos, quizá por el tratamiento poco intenso y no completamente cenital de las luces o la postura un poco rígida, pero a mí me satisface plenamente y es una obra que guardo con especial cariño.